Primero que nada, la respuesta a esta pregunta depende de muchos factores: de cada niño*niña, de cada familia, del tema del juego, de la situación, de qué representa su juego… Así que para hacer este artículo útil, voy a explicar unas pautas generales sobre el juego infantil y luego te daré la oportunidad de preguntarme a nivel privado si hay algo que te inquieta respecto al juego de tu hijo*hija.
El juego infantil tiene la grandeza de poder convertirse en cualquier cosa y la humildad de ser solamente un juego.
Cuando jugamos se abre una brecha en la realidad. El tiempo y el espacio se desdibujan. Aparece el símbolo, la metáfora y la magia: lo imposible se hace posible.
¿Qué te gustaría probar? ¿Quién te gustaría ser?
Cuando jugamos sentimos la libertad de dirigir nuestras vidas siendo cualquier personaje, sintiendo cualquier emoción y diciendo o haciendo cualquier cosa. Quitamos filtros y escudos porque el juego nos protege.
Por eso me atrevo a decir que el espacio que crea el juego es sagrado.
-Así que para entrar en él hay que hacerlo con CALMA. Lo que están representando en su juego puede ser un símbolo o una metáfora, una exageración, algo que han visto u oído y que necesitan representar… Así que antes de interrumpir un juego porque no te gusta lo que ves o te asusta, haz una pausa y espera.
-Si sientes el deseo de decir algo puedes REFLEJAR lo que estás viendo:
“Veo que tus bebés están llorando mucho”
“Veo que se están pegando las muñecas”
“Veo que se están muriendo todos los dinosaurios”.
Y espera a ver si te responden y qué te responden.
-Si juegas con ellos*ellas, déjate guiar, SIGUE su juego, aunque lo estén cambiando cada minuto, aunque no tenga sentido.
No quiere decir que no puedas dar ideas… Pero si no las aceptan, no las impongas (aunque lo que hayas propuesto sea lo más lógico).
-Intenta NO JUZGAR. Lo que está pasando en el terreno de juego puede ser literal o puede ser metafórico y surrealista. Un poco como un sueño. ¿Verdad que nadie puede decir si un sueño es “correcto” o “incorrecto”? Pues esta sería la actitud.
Vamos a aplicar estos puntos a un ejemplo: cuando siempre quieren ganar.
Este tema es uno de los que más preocupan a los padres*las madres. Me preguntan mucho qué hacer en estas situaciones y si es bueno dejarles ganar todo el rato.
Lo primero que pregunto si no conozco a la familia es qué edad tiene.
Después les pregunto si están viviendo un período de rabietas o algún tipo de adaptación: cambio de casa, de cole, entrada al jardín de infancia…
También les pregunto qué es lo que te molesta / preocupa con el hecho de que quiera ganar todo el rato. Y me cuentan sus preocupaciones por la empatía de sus hijos*hijas, por la deportividad, la justicia, el “mundo real”, la importancia de saber perder… Y todo esto es importante y estoy de acuerdo con que hay que fomentarlo pero centrarnos en explicaciones o enseñanzas en un primer momento y negarles el gusto de vencer, no sé si nos va a dejar entender su necesidad de victoria.
Por lo general, si los niños*las niñas necesitan vencer mientras juegan, dejémosles vencer. Me aventuro a decir que puede que estén compensando momentos en los que no pueden hacerlo o que necesiten experimentar poder, autonomía, autoestima, autoconfianza. Mantén la calma, observa y déjales ganar cariñosamente. Házselo ver:
“Veo que quieres ganar todo el tiempo”
“Parece que es muy importante para ti ganar todo el rato, ¿me equivoco?”
Y deja que contesten (con palabras o sin ellas) a esta observación.
No esperes tener un resultado determinado, no existe una respuesta “correcta” y no seas muy duro*dura contigo mismo*misma si tienes la sensación de no haber resuelto nada. Hay procesos largos y es muy importante no forzar(se).
Y ya para terminar: