RECIBIR EL AÑO NUEVO SIN HACER UNA LISTA DE PROPÓSITOS
Llega el 2018. Está a punto de nacer.
Me gusta tratar a los nuevos años como trato a los niños*las niñas: Dándoles la bienvenida sin lista de propósitos.
El único deseo que tengo en Nochevieja es el de mantener una actitud curiosa y abierta para poder recibir todo lo que me quiera traer, mostrar, enseñar…
Querido año nuevo: te recibiré sin expectativas para no limitarte y para que me puedas sorprender. Quiero dejarte ser y que fluyamos juntos.
Lo que me gusta de los años nuevos es sentir el pequeño vértigo de los comienzos, de lo desconocido, de lo que está por llegar: Esa mezcla de miedo y emoción.
Contar los doce segundos que separan un día del otro (o un año del otro) es un gran ejercicio de presencia que hace el momento aún más especial.